Una nueva oportunidad…

De tal manera Dios nos amó que dio a su hijo Jesús, para pagar por los pecados de todo aquel que acepta a Jesucristo en su corazón como su señor y salvador, no importa lo malo que seas, sólo Dios puede salvarte y restaurar tu vida.
Te invitamos a ver este video y hacer clic en la parte: ¿Sabía usted que Jesús le ama, y que murió en la cruz por sus pecados?

Es tiempo de arrepentirnos y cambiar

Libro de Amós Capítulo 51, versículo 7 y 8: “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?”
El profeta Keniano Dr. Owuor Predijo el terremoto y tsunami en Chile, entregando un mensaje de arrepentimiento en especial para la iglesia actual, es tiempo de consagrarse y buscar más de Dios en santidad, renunciando a las cosas inmundas y carnales, porque nuestra redención se acerca y nuestro señor Jesús viene por una iglesia santa y sin mancha.

Un corazón que agrada a Dios

Libro de Salmos 51, versículo 17: “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”

David tenía una pesada carga en su corazón a causa del pecado cometido. Se encuentra lamentado y confiando a las vez en la misericordia de Dios.

Lo que no es un corazón contrito.
No es meramente un corazón quebrantado, los corazones quedan quebrantados por las frustraciones, por el dolor, las perdidas, remordimientos, decepciones, etc.
No es dolor mundano de un corazón meramente partido.

Lo que sí es contrición.
Un corazón contrito es el que está convencido de pecado, la convicción es un profundo sentimiento del mal, del pecado, y el hecho de que es en contra de Dios. (Porque Jesucristo dijo aprendan de mí que soy manso y humilde)
Un corazón verdaderamente contrito, está verdaderamente consiente del santo desagrado de Dios contra el pecado, un pecador tiene necesidad de aprender a aborrecer el pecado tal como Dios lo aborrece.
Un corazón contrito humilla delante de Dios toda soberbia y vanos pensamientos son excluidos y el alma se inclina en humildad, un corazón contrito hace una sincera confesión de su culpa.

La confesión del pecado es parte del verdadero arrepentimiento.

La sinceridad de la confesión de uno mismo, determinará el grado de su contrición.

Un corazón contrito deseará y buscará la divina curación.

Hay una diferencia entre el remordimiento y la contrición, la contrición nos llevará a esperanza, el remordimiento es oscuro y desesperanzador.

Hay paz y está reservada en la misericordia de Dios para los que demuestran contrición.

Debemos humillarnos delante de Dios reconociendo a Jesucristo como nuestro señor y salvador, y debemos obedecerle.

Es tiempo de consagrarse y buscar más de Dios en Santidad.

¿Qué es la Oración?

Es la elevación del alma a Dios para adorarlo, para alabarlo, para darle gracias, para pedirle perdón o misericordia y para pedirle favores. Es el ofrecimiento de las emociones y deseos del alma hecho a Dios en el nombre y por la mediación de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Juan capitulo 16, versículo 23 hasta el 27: “De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre. En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.”
También es la comunicación del corazón con Dios mediante el auxilio del Espíritu Santo, Romanos capitulo 8, versículo 26. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”
La oración para el cristiano es el alimento del alma, sin este espíritu filial nadie puede ser cristiano, Job 21:15 “¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?”, Salmo 10:4 “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.”.
Orar significa dar gracias postrarse, invocar, pedir, suplicar, etc.; a veces en la oración se hacen promesas o votos; Hechos 18:18 “Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto.”, Hechos 21:23 “Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto”.

El Espíritu Santo ayuda en la Oración.

Romanos capitulo 8, versículo 26 y 27. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”
Las oraciones de los santos son “preciosas” (no de hermosura, sino de mucho valor) Apocalipsis 5:8 “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”
Las oraciones ascienden como incienso delante de Dios Apocalipsis 8:3 “Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.”(el incienso se quemaba como una ofrenda a Dios día y noche), Éxodo 30:1-7 Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás. Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro. Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos esquinas a ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado. Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro. Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo. Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará.”
El incienso es símbolo de la oración en ambos testamentos (antiguo y nuevo) Salmo 141:2 “Suba mi oración delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.”

La oración es una orden (no es una proposición o sugerencia)

1Cronicas 16:11 “Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente.”, Mateo 7:7 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.”, Mateo 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”, Lucas 18:1 “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”, Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.”, 1Tesalonicenses 5:17 “Orad sin cesar.”, Santiago 5:13 “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.”

Ejemplos de oraciones contestadas

Éxodo 15:24 y 25 “Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron.”, Jueces 6:39 y 40 “Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.”, 1Samuel 1:27 “Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.”, 1Samuel 7:9 “Y Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó.”; 1Reyes 9:3 “Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.”, 1Reyes 18:37 y 38 “Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.”, 2Reyes 19:19 y 20 “Ahora, pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te ruego, de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, Jehová, eres Dios. Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído.”, Esdras 8:23 “Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.”; Lucas 1:13 “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.”, Hechos 4:31 “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.”

Causas del fracaso en la oración

  • Desobediencia, Deuteronomio 1:45 “Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído.”
  • Por pecados ocultos, Salmos 66:18 “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.”
  • Por indiferencia, Proverbios 1:28 y29 “Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová”
  • Por negligencia de la misericordia, Proverbios 21:13 “El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.”
  • Por inestabilidad, Santiago 1:6 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”
  • Por terquedad, Zacarías 7:9 al 13 “Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano. Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos”

La oración verdadera es escuchada

Salmos 4:3 “Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare.”, Salmos 18:6 “En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.”, Salmos 34:17 “Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.”, Proverbios 15:29 “Jehová está lejos de los impíos; Pero él oye la oración de los justos.”, Miqueas 7:7 “Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.”

Somos soldados en el regimiento de los cielos, no sólo somos hijos, sino también soldados. El soldado vence, no retrocede, hemos sido llamados como soldados a ser disciplinados y fuertes para vencer a Satanás, ejercítate más en la oración para enfrentar y vencer al enemigo.

Dios te bendiga.

Él es grande…

“Grande en consejo, y magnifico en hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras.” Referencia bíblica: Jeremías capitulo 32, versículo 19.
Una vez que llega a conocer a Dios personalmente, usted tiene el más grande consejero que pueda conseguir en todo el universo. Para recibir consejo, debe ser capaz de escuchar y entender lo que se le dice.
¿Conoce usted al Señor Jesucristo de tal manera que pueda conversar con Él libremente en cualquier momento y lugar?. Si es así, entonces tiene usted al más grande consejero de Quién pueda recibir ayuda personal, ya sea espiritual o emocional; y este Consejero no tiene solamente los más perfectos consejos para usted, sino que también tiene poder para obrar en su vida. Él es poderoso en hecho y palabra, de modo que, como afirma la Escritura (la biblia), “…el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” (Referencia bíblica: Filipenses capitulo 1, versículo 6)
¿Conoce usted a esta clase de Dios…?
Dios ve todo lo que todos hacen en cualquier lugar y en cualquier momento. Piénselo, Él le dará ahora o en el futuro la exacta recompensa por cada una de sus acciones. Si la acción es negativa resultará en disciplina. Pero si lo que hace está basado en la obediencia a Sus mandatos, la recompensa resultará en bendiciones para su vida.
La sabiduría hará que busquemos su consejo y lo sigamos, esta es la manera hacia el crecimiento espiritual.
Esfuércese en obedecer a sus mandamientos y verá cuán grande es su Dios.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece

La biblia enseña que la persona que cree que puede manejar todas las situaciones hábilmente, porque piensa en forma positiva, se va derecho al infierno. Pues bien, ¿qué quiere decir la biblia “Todo lo puedo en Cristo”?
La biblia se refiere a la profundidad, la sensibilidad, la compasión, la madurez, el gozo de Jesucristo que vive en cada creyente.
Dios no puede usar al hombre con características de indiferencia; quien no puede llorar y compadecerse con los que sufren.
Tampoco puede usar a la mujer que no sabe sonreír y compartir su sonrisa con los demás. (Amargada)
Dios no puede servirse de aquella persona que dice: “yo puedo manejarlo todo con mis propias fuerzas (no necesito de Dios), puesto que soy autosuficiente”.
Usted lo puede todo en Cristo porque le ha sido dado el poder para hacer todas las cosas y para actuar bajo cualquier circunstancia como un hombre o una mujer que le pertenece al Señor; porque Él está en usted, esta es la razón por la cual los cristianos son las únicas y autenticas personas llenas de poder, es por eso que los cristianos pueden “mover montañas”, cambiar un hogar, un colegio, un estado una nación y hasta el mundo entero.
Ellos no necesitan hacerlo lamentándose ni esforzándose en sus propias habilidades (no es por sus fuerzas), sino gozosos y más cuidadosos que nadie en este mundo, pues dependen de Aquél que con su poderosa mano, extiende los cielos como una cortina.

“Cuán grande y poderoso es nuestro Dios”

Recuerde usted todo lo puede en Cristo; porque de Él provienen tus fuerzas.

Referencia bíblica: Filipenses capitulo 4, versículo 13.

YA RECIBÍ A JESÚS EN MI CORAZÓN, Y AHORA... ¿QUÉ HAGO?

Ahora que usted recibió a Jesucristo en su corazón tiene la salvación, ha entrado por esa puerta estrecha (Jesús) que le conduce a nuestro Padre celestial, ahora debe comenzar a caminar por el camino angosto, el camino de obediencia a Dios, para lo cual:
  • Asista a una iglesia, las iglesias evangélicas aman a Jesús y esperan su retorno, en las cuales, le recibirán y ayudarán a aprender más de la voluntad de Dios para su vida.
  • Ore permanentemente a Dios en el nombre de Jesús, la oración le permitirá tener una relación intima, recuerde que orar es conversar con Dios y No repetir frases de memoria.
  • Lea la Biblia (sugerimos empezar con Juan 3:16) y pida a Jesucristo que le revele su palabra.
  • No se avergüence de confesar a otros que Jesús es su Señor y Salvador.
  • Pida a Jesús que le prepare para su pronta venida.
  • Ame a Dios con todo su corazón y a su prójimo como a usted mismo.


INVITE A JESUCRISTO A ENTRAR EN SU CORAZÓN

Jesús ya pagó el precio por su salvación, recíbalo en su corazón y reconozca que JESUCRISTO es el Señor de su vida y su Salvador.Invítelo hoy a entrar en su corazón, ¡Atrévase!, y repita ahora esta oración en voz alta:
Señor Jesús:
"Yo confieso que soy un pecador y te invito a entrar en mi corazón.
Perdona mis pecados.
Yo me entrego a ti.
Gracias por esta vida eterna que tú me estás dando en estos momentos.
Yo te confieso ahora Jesús como mi Señor y mi Salvador.
Lléname con tú Espíritu Santo.
Has tu voluntad en mi vida, ayúdame a buscarte y obedecerte."

TODOS NOS HEMOS APARTADO DE DIOS Y NECESITAMOS SU PERDÓN

Todos nosotros hemos realizado o dicho cosas malas, no importa si son grandes o pequeñas, o aunque sólo las hayamos pensado.
¿ Alguna vez ha dicho alguna pequeña mentira? ¿Alguna vez ha robado algo pequeño o no ha devuelto algo que a usted le prestaron? ¿Le ha faltado, en alguna ocasión, el respeto a sus padres…? ¿Ha deseado alguna cosa de otra persona… auto, la mujer (u hombre), una casa, ropa, felicidad, alegría, fama, dinero, etc.? El hecho concreto es que a cualquiera de los ejemplos anteriores se le llama pecado, por naturaleza somos mentirosos, ladrones, adúlteros, sin amor, codiciosos, etc., y nuestros pecados nos han separado de Dios.
La Biblia dice “Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”, nuestros pecados nos han separado de Dios para siempre.
Si usted es de los que piensa: Dios es bueno y no podría enviarme al infierno, sepa que Dios es bueno y es amor, sin embargo, Él también es justo y de la misma forma que si cometemos una infracción de tránsito (como viajar a exceso de velocidad) y comparecemos ante un Juez de policía justo y bueno, este nos deberá aplicar la sanción que define la Ley, por muy buena persona que él sea, porque su deber es aplicar la justicia.
La Biblia dice “la paga del pecado es la muerte” y esto significa pasar una eternidad en el infierno, pero como Dios nos amó tanto y es tan justo, que Él entregó a su hijo Jesucristo para que todo aquel que le reciba y obedezca obtenga el perdón de sus pecados.

¿SABÍA USTED QUE JESÚS LE AMA, Y QUE MURIÓ EN LA CRUZ POR SUS PECADOS?

Amigo(a), la Biblia dice, “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Jesucristo), para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.”Jesús nació de una virgen; María, la cual antes que se casara fue visitada por un ángel que le dijo que daría a luz al Hijo de Dios, cuando ella le preguntó cómo eso podía suceder, el ángel respondió “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.”Jesús es el Hijo de Dios, Él vivió una vida sin pecado y murió en la cruz para pagar por nuestros pecados. “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”El profeta Isaías dijo de Jesús: “Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Jesús pagó el precio de nuestros pecados para que pudiéramos ser perdonados y tener vida eterna. Jesús resucitó de entre los muertos y ahora está en el cielo con Dios Padre, Jesús nos ofrece el regalo de la vida eterna, es decir, vivir por la eternidad con Él, si lo aceptamos como Señor y Salvador.Dios se nos acerca con amor y quiere que seamos sus hijos. La biblia dice: “Mas a todos los que lo recibieron (a Jesús), a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” Usted puede pedirle a Jesús que le perdone sus pecados y que entre en su vida como su Señor y Salvador. Jesús dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”. No tenemos otro camino, para lograr el perdón de Dios por nuestros pecados y la vida eterna.No olvides:

  • En Jesucristo tenemos salvación y Él es el único camino para llegar a Dios.
  • Por su sacrificio en la cruz y su sangre derramada tenemos el perdón de nuestros pecados.
  • Por su muerte y resurrección tenemos vida eterna.
  • Por sus heridas tenemos sanidad para nuestras vidas.
    Usted necesita rendir su vida a Jesucristo y recibirle como su Salvador y Señor.