TODOS NOS HEMOS APARTADO DE DIOS Y NECESITAMOS SU PERDÓN

Todos nosotros hemos realizado o dicho cosas malas, no importa si son grandes o pequeñas, o aunque sólo las hayamos pensado.
¿ Alguna vez ha dicho alguna pequeña mentira? ¿Alguna vez ha robado algo pequeño o no ha devuelto algo que a usted le prestaron? ¿Le ha faltado, en alguna ocasión, el respeto a sus padres…? ¿Ha deseado alguna cosa de otra persona… auto, la mujer (u hombre), una casa, ropa, felicidad, alegría, fama, dinero, etc.? El hecho concreto es que a cualquiera de los ejemplos anteriores se le llama pecado, por naturaleza somos mentirosos, ladrones, adúlteros, sin amor, codiciosos, etc., y nuestros pecados nos han separado de Dios.
La Biblia dice “Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”, nuestros pecados nos han separado de Dios para siempre.
Si usted es de los que piensa: Dios es bueno y no podría enviarme al infierno, sepa que Dios es bueno y es amor, sin embargo, Él también es justo y de la misma forma que si cometemos una infracción de tránsito (como viajar a exceso de velocidad) y comparecemos ante un Juez de policía justo y bueno, este nos deberá aplicar la sanción que define la Ley, por muy buena persona que él sea, porque su deber es aplicar la justicia.
La Biblia dice “la paga del pecado es la muerte” y esto significa pasar una eternidad en el infierno, pero como Dios nos amó tanto y es tan justo, que Él entregó a su hijo Jesucristo para que todo aquel que le reciba y obedezca obtenga el perdón de sus pecados.